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Como seguramente habréis oido escuchar en repetidas ocasiones para muchos expertos en cambio climático estamos en un punto clave para inclinar la balanza del lado de la recuperación o del lado del «no retorno». Millones de jóvenes que temen por si será viable la vida en el planeta en su edad madura se están movilizando en todo el mundo pidiendo cambios en una situación de emergencia. ¿A ti también te preocupa y quieres actuar? Descubre qué cambios puedes hacer en tu alimentación para contribuir a la lucha contra el cambio climático. Este es uno de los frentes en los que las decisiones individuales suman en positivo.

Qué cambios puedes hacer en tu alimentación para contribuir a la lucha contra el cambio climático de forma efectiva

Tus decisiones diarias aunque no lo creas pueden ayudar a mejorar y contribuir notablemente en el mundo. A través de determinados cambios de hábitos en tu dieta puedes actuar para frenar y revertir el cambio climático.

Apuesta por los productos de cercanía y temporada

Son los conocidos como productos de Km 0. ¿Por qué el uso de estos ayuda a combatir el cambio climático?
Los alimentos vegetales de temporada no precisan guarecerse bajo plástico. Y no necesitan el uso de calefacción para su crecimiento, con lo cual se evita ese gasto energético. Además, su huella de carbono es muy reducida. Principalmente por los trayectos cortos para su transporte desde la explotación al mercado. Pero también por su habitualmente menor uso de plásticos y embalajes.

Al cocinar ahorra energía y reduce las emisiones

No todas las formas de cocinar alimentos tienen el mismo impacto medioambiental. ¿Te habías parado a pensar en ello? Las técnicas de cocina rápidas consumen menos recursos energéticos. Por ello el uso de la olla rápida o la cocción en microondas son más ecológicos que los guisos y asados que pasan horas cocinándose.
Además, si te preocupa qué cambios puedes hacer en tu alimentación para contribuir a la lucha contra el cambio climático no olvides la importancia de incluir alimentos crudos en tu dieta. Para ello procura consumir a diario al menos un plato sin cocinar. La forma más sencilla de hacerlo es comer una ensalada en la comida o en la cena.

Reduce el consumo cárnico

¿Sabías que la producción de carne supone un gran gasto energético y genera altos niveles de emisiones? Por ello si te preocupa el cambio climático es interesante que reduzcas su consumo. Eso sí, procura que no suponga un desequilibrio nutricional en tu dieta, especialmente en cuanto a las proteínas se refiere.

Sé riguroso al elegir qué alimentos forman parte de tu dieta

Algunos alimentos por su forma de cultivo, extracción u otros motivos tienen un alto impacto medioambiental. Por ejemplo, la pesca de arrastre está esquilmando los fondos oceánicos y eso contribuye a la acidificación de los mares lo que a su vez implica un aumento de su temperatura. Otro ejemplo es el uso del aceite de palma, para cuya producción se están destruyendo grandes extensiones de selvas tropicales. Conocer más sobre lo que comes te ayuda a ser más selectivo.

No desperdicies alimentos

Compra lo justo, congela lo que te sobre, haz platos de aprovechamiento. Son acciones sencillas que te ayudarán a reducir tu huella de carbono. ¡Y de paso a ahorrar dinero!

No abuses de los alimentos ultraprocesados

El impacto de las emisiones de las grandes fábricas de alimentación en el medio ambiente es brutal. Nada que ver con cocinar en casa o preparar comida en un restaurante. En la medida de lo posible, reduce el consumo de los alimentos industrializados.

Estos pequeños cambios individuales, realizados por muchas personas a lo largo del tiempo, son grandes acciones positivas en favor del planeta. Tras plantearte qué cambios puedes hacer en tu alimentación para contribuir a la lucha contra el cambio climático solo te queda decidir cuáles aplicar en tu día a día y cómo hacerlo.